El Río Grande sirve como corredor para cocodrilos entre zonas interiores y zonas costeras/manglares.
Debido a la variabilidad del caudal (épocas seca y lluviosa), los cocodrilos probablemente eligen remansos, zonas tranquilas de orilla, orillas de islotes dentro del río, etc.
Estas zonas son sensibles, cambios en uso de suelo, contaminación agrícola o sedimentación pueden afectar la calidad del hábitat.